¿Puede nacer un pollito de un huevo comprado en el súper?
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Es la fantasía de muchos niños: sacar un huevo de la caja recién comprada, ponerlo es un sitio caliente y esperar unos días a que salga un precioso pollito.
El problema es que es casi imposible conseguirlo. A no ser que el huevo no sea de gallina.
Esta es la explicación: las gallinas no necesitan gallos para poner huevos. Con las condiciones adecuadas de luz y alimentación, pondrán una media de un huevo diario.
Así que, en las granjas intensivas -de donde salen la mayoría de los huevos que compramos- se seleccionan solo ejemplares hembras y, como no hay gallos, es imposible que los huevos estén fecundados y que, por tanto, aparezca un pollito si los incubamos.
Bien es cierto que, en los últimos años, han proliferado las granjas de gallinas camperas, en las que los animales viven libres en el campo. En este caso, al estar menos controladas, es más fácil que coincidan con un gallo. Y en este caso si sería posible que el huevo acabara fecundado.
Hay otra posibilidad de conseguir un huevo fecundado: usar uno de codorniz. Las hembras de estos animales ponen más huevos si tienen machos cerca. Y por aquello de que la producción es lo que importa, en las granjas siempre hay machos que 'animan' a sus compañeras a poner huevos.
Por eso, no es raro que un huevo de codorniz esté fecundado. Aún así, hay que tener en cuenta que estos huevos llegan al supermercado pocos días después de su puesta, pasan tiempo en cámaras refrigeradas... y todo ellos hace muy difícil que el polluelo se empiece a formar.
Pero las posibilidades existen. Así que si tiene en casa un niño con muchas ganas de tener un pollito, inténtelo con un huevo de codorniz. No hay garantías, pero sí muchas más posibilidades que con uno de gallina de conseguir un nuevo miembro de la familia.
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